Stanley Bendelac (1941-2015) nació en Tánger aunque, como él decía, se hizo hombre en París, donde estudió Administración de Empresas. Desde muy joven presintió que su futuro iba a estar ligado al campo del marketing, la comunicación y al mundo del automóvil, del que era un apasionado seguidor.
A los veintiséis años se instala en Madrid para crear una agencia de promoción de ventas, pero su objetivo era más ambicioso y tres años más tarde funda Delvico con un cliente que le sirvió para darse a conocer rápidamente: Citroën. En 1982 pone en marcha un proyecto innovador en el campo de las centrales de compras, Central Media. Poco después, en 1985, Delvico se incorpora a Grupo Bates, en el que Stanley desempeña importantes cargos en la organización de Bates Worlwide: director regional para el Sur de Europa, director regional de Europa y África y presidente de Bates Latinoamérica.
Su gran capacidad directiva le sirvió para reorganizar agencias del grupo en muchos países, desde Finlandia hasta Sudáfrica pasando por Argentina. Empresario, y directivo pero, sobre todo, buen publicitario que aplicó su talento creativo a la génesis de numerosas campañas hasta hacer inolvidables muchas de ellas: «La gente encantadora de Citroën», «Hacienda somos todos», «Hoy me siento Flex», «Usa tus alas», «¿Cueces o enriqueces?», exitosas acciones en las que el talento de Stanley Bendelac estuvo presente.
Fue miembro de la Junta directiva de la AEACP y jurado de los más importantes premios nacionales e internacionales como Cannes, FIAP, Eurobest, Eficacia, etc. Su vena literaria nos ha dejado dos buenos títulos en los que se ve reflejado fielmente su carácter: Nunca tires la toalla y Lo importante no es cómo te caes, sino cómo te levantas.